Retrovisor (Segunda parte)

Retrovisor (Segunda parte)

Sección: Opinión

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Publicado el 15/10/2025 — Por Teofilo Guerrero @teofiloguerreromanzo
Escuela Vocacional, era 1986 y tenía poco en el bachillerato, un mundo nuevo en el que sí o sí tenía que aprender a ser independiente. Un día vimos a una camarilla entrar a nuestro salón y golpear a un compañero, era obvio que era gente del Comité estudiantil: gente de cerca de treinta años, malencarados, agresivos y prepotentes. Denunciamos el hecho, y recibimos una amenaza velada. Siguieron las elecciones para renovar el comité de la escuela, e íbamos con toda la intención de no votar por aquellos que vimos agredir al compañero. No había forma, el candidato era único, y era parte de ese mismo grupo. En las elecciones para presidente de la FEG decidimos irnos de la escuela ese día, al ver llegar el desfile de camionetas y carros sin placas, repletos de gente armada. Corrimos hacia la barda que nos separaba del Tecnológico y escapar. El miedo no anda en burro, el candidato era Tonatiuh Bravo Padilla, y se habían escuchado rumores de que había tenido que salir corriendo de alguna facultad porque lo perseguían pistola en mano. En días de elecciones no existían profesores o figuras de autoridad, éramos los estudiantes en medio de las partes en conflicto. Borregos en medio de depredadores. Esa sensación nunca se fue. Antes de salir de la Vocacional, todavía nos dimos cuenta de golpizas, un homicidio, el cotidiano acoso a las mujeres, robos en las inmediaciones de la escuela, y el cobro de plaza a los comerciantes. La sensación de impotencia era terrible, y con el tiempo se fue acrecentando. La FEG se largó en 1989, pero no se fue del todo. Muchos de los integrantes de los comités estudiantiles, amigos, conocidos y segundones de aquellos que vimos cometer excesos en el pasado ahora ocupaban cargos, encomiendas, o por lo menos un puesto administrativo con cierto poder. Y la sensación de impotencia siguió. Cuando se realizaron los foros de la reforma universitaria de 1993 muchos confiamos y presentamos nuestras ponencias proponiendo cambios reales. No llegaron. De un plumazo, y en la plenaria de los foros Raúl Padilla López, el rector Salinista, sacó su plan de reforma y enterró las propuestas de todas y todos los universitarios. Entendimos que de la violencia física pasamos a la violencia institucional, a la simulación de una entidad democrática. Comprendimos que la estructura que generó Padilla era un entramado complejo de intereses y tráfico de influencias muy difícil de romper, con una columna vertebral basada en el interés particular como articulador de acciones y ejercicio del poder, la FEU ya no usaba pistolas, las cambiaron por carpetas y esquemas de cooptación. Hoy, al ver a la FEU y a la estructura de poder de la Universidad cuestionadas por jóvenes que están diciendo basta, uno no puede más que sonreír y apoyar su lucha en la medida de nuestras posibilidades, y ver con el rabillo del ojo a morena Jalisco, que parece haber olvidado que Raúl Padilla y sus huestes fueron durante un buen tiempo enemigos declarados del Obradorismo, y hoy se olvidan de las y los jóvenes que seguramente les dieron la oportunidad, con su voto, de sentarse en una curul que tal vez les quede muy, muy grande.