Preferir al verdugo
Sección: Geopolítica
Publicado el 31/10/2025 —
Por Teofilo Guerrero
@teofiloguerreromanzo
Acaban de realizarse las elecciones de medio término en Argentina y dieron como virtual triunfador al bloque oficialista de “La libertad avanza”, un partido formado por intereses antes que por militantes y que respalda al desquiciado mental de Javier Milei, una figura de cartón que le pone cara a lo peor del neoliberalismo.
Previo a este resultado, en las elecciones legislativas de la Provincia de Buenos Aires, el partido oficial había sufrido una derrota que fue el punto culminante de una serie de escándalos de corrupción, tráfico de influencias y hasta una conexión evidente con el narcotráfico. Todo hacía suponer que en estas elecciones que renovarían parte de la legislatura nacional el peronismo recobraría posiciones para hacerle frente a las políticas de despojo, crueldad y desprecio por los derechos humanos y laborales. No fue así.
El bloque político detrás de esa figura patética —que es Milei— se movió para conseguir el respaldo de Donald Trump y los mercados bajo la premisa habitual en Argentina: quien controla el dólar domina Argentina, y consiguieron una ayuda condicionada del presidente norteamericano, de que en caso de no ganar las elecciones no verían un sólo dólar.
Desde hace meses los Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional han apoyado al gobierno libertario para que intervenga en el mercado cambiario con la estrategia de subastar, vender dólares a precio preferente, para tener estable tanto a la divisa norteamericana como a la inflación, es decir, una acción cortoplacista con consecuencias nefastas para un país que tendrá que comprometer territorio, recursos naturales, y hasta la facultad soberana de elegir con quién relacionarse internacionalmente, pues han comenzado a distanciarse de China bajo la presión norteamericana.
Es evidente y descarada la intervención directa de los Estados Unidos en la elección, y marca un precedente peligroso para lo que parece ser la nueva tónica para América Latina, sumada a la presión de la maquinaria de guerra en el Caribe contra Venezuela y ahora Colombia, con una amenaza directa a los pueblos: o se doblan bajo mi voluntad, (la voluntad de un delincuente juzgado como Trump), o habrá consecuencias.
Para un pueblo tan golpeado como el argentino ya no existe ni la posibilidad dolorosa de una confrontación con el poder, como en 2001 cuando hubo una situación similar, y que dejó varios muertos, al final ganó la bronca, la rabia, la tristeza, la impotencia y una especie de depresión colectiva que conlleva una desilusión profunda del sistema político.
La advertencia es para morena, el pueblo es bueno, sabio, pero no tonto, y si tiene que mandar una señal no dudará en hacerlo, morena tendría pensar seriamente en apoyar candidaturas cuestionables en vía de las presidenciales de 2030, porque ya no hay otro AMLO, ni otra Claudia que puedan sostener un índice de aprobación alto. En Argentina, mientras se discute y opina en los medios informativos la interna del peronismo, la corrupción del partido gobernante, la locura de Milei, y el comportamiento del dólar hay un pueblo que sufre hambre, necesidad y el abandono de una clase política que no se cansa de mirarse el ombligo.
Un amigo me preguntaba una vez ¿Por qué si Argentina tiene un nivel cultural tan alto, votó por Milei? No le supe responder en el momento, ahora sí: porque no se puede pensar con el estómago vacío, y los fascismos, como el de Milei, basan su éxito en las emociones como la bronca, el resentimiento, el odio y la tristeza, eso a lo que ahora le apuesta en el discurso Ricardo Salinas Pliego.
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