Pemex: giro copernicano financiero.

Pemex: giro copernicano financiero.

Sección: El Gobierno de la 4T

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Publicado el 30/07/2025 — Por Cesar Zavala
¿Qué pasaría si nuestro país hubiera privatizado todos sus recursos clave como está haciendo Milei con el agua? En algún punto de la historia México también tuvo su periodo de achicamiento del Estado. Donde un México sin paraestatales se cocinaba a pasos agigantados. Fueron 30 largos años de ese periodo y sus estragos todavía resuenan fuertemente en nuestra economía. Algunos de esos golpes tuvieron que ver con el desmantelamiento de la CFE y Pemex y no fue sino hasta la llegada de la 4T con AMLO que esto se detuvo, y aunque el esfuerzo que se hizo para revitalizar a estas empresas fue gigantesco algunas viejas heridas no terminan de cerrar y, de hecho, están muy vigentes todavía. Esta semana ha habido dos eventos clave en términos de soberanía energética que vale la pena destacar. El primero tiene qué ver con Iberdrola que ha amenazado con retirar sus inversiones en el país argumentando que perciben cierta inestabilidad legal a partir de la reforma al poder judicial. El segundo tiene qué ver con la amenaza de algunos proveedores de Pemex con que no van a continuar sus servicios si no se resuelve la falla de pago que padecen. Como se intuye, dos grandes frentes para los objetivos de la 4T y los planes de independencia en estos dos rubros. ¿Cómo procedió nuestra presidenta? Fácil, instó a Iberdrola a que dejara de parlotear y que procediera a regularizar aquellas instalaciones que se siguen beneficiando del esquema fraudulento de auto abasto. Cómo sabemos, AMLO denunció este esquema en sus dos últimos libros y narró cómo fue que lo combatió. Pero por lo que podamos inferir de estas últimas declaraciones de Claudia, podemos sospechar que no todas las instalaciones de Iberdrola dejaron de hacer fraude con este esquema. ¿Será? El siguiente gran evento fue la solución más arriesgada en términos de eficiencia financiera que la 4T pudo hacer para reformar a Pemex, la empresa que aporta más del 15% del presupuesto federal. Esta semana dos sucesos de gran envergadura con este respecto han acontecido. La primera fue la inyección de dinero por parte del gobierno por la cantidad de 10 mil millones de dólares. La inyección fue mediante un mecanismo de financiamiento parecido a los bonos (cuyo nombre técnico es Notas Pre capitalizadas), pero en este caso Pemex es quién tiene qué pagar a los compradores en lugar del gobierno. Una medida que rápidamente tuvo efectos positivos en la calificación crediticia de la empresa. Esta medida pensada desde la Secretaría de Hacienda busca presionar a Pemex para que pueda eficientar sus procesos y comience a optimizar sus ganancias. La cuestión más importante aquí es que, de hecho, Víctor Rodríguez Padilla (el nuevo dirigente de Pemex) ha anunciado un plan para recibir inversión privada y coparticipar de la producción de crudo, pero sin tener propiedad de la empresa ni participar de las utilidades, ni tampoco tener voz y voto en la planificación de la producción. Simplemente operar bajo la dirección de Pemex y si no hay resultados entonces las empresas privadas no cobran. Es decir, una apertura que resulta completamente beneficiosa para Pemex si lo comparamos con las famosas rondas con las que Peña Nieto intentó privatizar a la paraestatal. En aquel esquema, para ponerlo en contraste con la nueva estrategia, las empresas sí tenían propiedad en Pemex, sí participaban proporcionalmente de las utilidades de la empresa y si ellos se equivocaban Pemex asumía las pérdidas de las empresas privadas. Giro copernicano en términos de eficiencia financiera para nuestra vital empresa nacional. Algunos dirían: ningún loco querrá entrar en ese esquema de negocio. Pues la verdad es que Carlos Slim ya confirmó que es el primer participante en este nuevo modelo de negocio. Como anticipé en otro artículo cuando hablé de la reforma a la ley de telecomunicaciones, parece ser que uno de los premios de consolación para Slim fue precisamente darle preferencia en este nuevo esquema entre la inversión privada y Pemex en la exploración de pozos. Sin duda, una nueva época se avecina después de estos tres anuncios. Pero lo que sí está en el aire es ese fino olor a soberanía nacional. Veremos cómo avanza este nuevo modelo de negocios y cómo el perfil técnico de Víctor Rodríguez Padilla (Físico de profesión y colaborador de Sheinbaum en investigaciones académicas) puede ser el ejemplo clave de la administración cientificista de nuestra presidenta, en contraste con un perfil más bien político como lo fue el denostado Octavio Romero y sus intentos por maquillar las pérdidas reales de Pemex con tal de no molestar a Andrés Manuel. La Historia de la soberanía energética se sigue escribiendo y estamos vivos para atestiguarla.