La oposición que viene

La oposición que viene

Sección: Morena: Partido y Movimiento

Foto del autor Publicado el 21/07/2025 — Por Teofilo Guerrero @teofiloguerreromanzo
La democracia representativa requiere de expresiones y manifestaciones diversas con las que se puedan identificar los grupos, movimientos y sectores de la sociedad, máxime cuando la 4T ha posibilitado la existencia de un clima que otorga ciertas facilidades y oportunidades de expresión, especialmente si lo comparamos con las administraciones del PRIAN.

Morena es, como sea, un mosaico que ejemplifica la convivencia, amable o ríspida, tolerante, o no, de diversas expresiones políticas y sociales; una convivencia compleja debido a la apertura del partido, lo cual ha llevado a integrar a espontáneos y entusiastas de la cargada institucional, entre ellos ex miembros del PRIAN, y de otras organizaciones sociales y políticas que ven en esta institución política una oportunidad para seguir sus carreras… o lo que sea.

Esta situación ha provocado que algunos miembros del partido, entre ellos varios fundadores, estén marginados, desplazados o en una lucha interna por tratar de mantener indemne a la organización. Pero no siempre tienen éxito, prueba de eso está en los ingresos de personajes impresentables como Sergio Mayer, Alejandro Murat, Pedro Haces, Napoleón Gómez Urrutia, entre muchos otros; sin olvidar que cada estado tiene sus casos particulares en los que, como en Jalisco, existen militantes a los que se les da cabida por representar a ciertos grupos políticos y/o poderes fácticos, pero que nada, absolutamente nada, tienen que ver con los ideales profundos del partido.

Es por eso, tal vez, que muchos militantes de izquierda, de movimientos sociales, o simplemente simpatizantes de la izquierda más profunda, o del pensamiento progresista no quieran ingresar a las filas del partido guinda, aunque reconozcan, o estén de acuerdo con la 4T o sus principios, y hasta gente de izquierda que no reconoce en morena, o en la 4T una opción para militar, o para construir una opción de proyecto social.
La oposición que viene

De la oposición de derecha, automáticamente surgida después de su derrota en 2018, no se puede esperar absolutamente nada. Carentes de proyecto, sin imaginación ni creatividad política, de una soberbia inexplicable, hijos e hijas del nepotismo, de la meritocracia, el chanchullo, la trampa, el amiguismo, el chantaje, o el influyentismo, la opción liderada por el cuasi extinto PRIAN no representa nada serio. Se cansan de hacer el ridículo, toman aire, y lo vuelven a hacer sin sonrojarse, peleando con una carretera, un aeropuerto, o un chocolate, y en ocasiones hasta con un muñequito de AMLO. Cansados de representarse a sí mismos, vagan entre especulaciones, noticias falsas, insultos, y mucho, mucho odio, el cual, tal vez, proviene de una larga cadena de frustraciones. No podemos asegurar que una buena cantidad vaya migrando a morena poco a poco. Cuestión de tiempo y de vergüenza.

Mientras tanto la 4T y Claudia Sheinbaum van tomando dimensiones de gran calado, haciendo pactos con el empresariado, ajustando y afirmando alianzas con sectores productivos y sociales, haciéndole frente a la mediocre y agresiva administración de Donald Trump, pruebas que la van afirmando como una de las grandes gobernantes de México, quizás al parejo del ya histórico Andrés Manuel López Obrador.

Pero la agenda de pendientes es muy amplia para seis años de administración, y los reclamos y asuntos relegados para mejor ocasión aparecen un día sí, y otro también: el campo, el sindicalismo, el rezago educativo, la violencia, el control de territorios en manos del crimen organizado, la desaparición forzada, la gentrificación, las reivindicaciones laborales, el racismo, la necesidad de un nuevo pacto fiscal, una reforma política efectiva, el control y regulación de los poderes fácticos, entre varios, y muchos más, nos dan cuenta de que la transformación de México apenas da sus primeros pasos. Y muchos no quieren acompañar esta transformación desde morena, o la 4T, pero sí desde la izquierda. Y se entiende.
La oposición que viene
Las limitaciones estatutarias e ideológicas de morena no son suficientes para una izquierda más crítica. Los comunistas, los trotskistas, el anarcosindicalismo, las disidencias de género, los movimientos sociales que desconfían de los partidos, o para aquellas expresiones comunitarias, como Cherán, que buscan construir un nuevo tipo de pacto social. En esos grupos, radica la verdadera oposición, una que argumenta, que propone y que podría llegar a acuerdos con la 4T, e incluso con morena, o no, pero sí con algunos de los principios de izquierda que todavía permanecen en el partido.

Nada es absoluto, y en política lo que aspira a serlo, falla y fracasa, aceptar, desde la 4T o morena, que existe una izquierda más amplia, y una agenda de problemáticas con grupos y movimientos sociales abocados a darles cuerpo y voz, es entender a un México que no se agota en una propuesta política, y en la necesidad urgente de un proyecto nacional, más justo y equitativo.

Se ha visto recientemente, por ejemplo, que la Presidenta no puede manifestarse tan abiertamente en temas como el genocidio en Palestina, el endurecimiento de la posición norteamericana y su presión programática, la gentrificación, o cualquier tema que pudiera ser interpretado como un acercamiento al “chavismo”. Sin embargo, una buena parte de su base de apoyo esperaría que tomara una posición más concreta en estas cuestiones, pero es menester recordar la responsabilidad que tiene como representante de todas y todos los mexicanos, y la mesura debida que implica el ejercicio de gobierno. Pero algunos temas no pueden esperar, como en el caso del genocidio en Palestina, y para quienes pensamos que el gobierno mexicano debería tomar medidas diplomáticas contra el estado genocida de Israel, creemos que un gobierno que se dice de izquierda no debería regatear el apoyo a las causas más justas de la humanidad, y ponemos como ejemplo a Gustavo Petro, a quien no le ha temblado la mano, ni la voz, para condenar a Israel.

México necesita una oposición que establezca un emplazamiento firme contra lo que todavía queda de neoliberal en el país, porque mientras existan poderes fácticos y económicos que utilicen su influencia, dinero y fuerzas para modelar al México que viene, y aquí podemos mencionar al narco, Slim, Larrea, Salinas Pliego, las organizaciones empresariales, y los medios de comunicación hegemónicos, no puede haber un futuro en el que la igualdad sea la regla, y el diálogo y las fuerzas de una real oposición de izquierda, no sólo son necesarios, sino urgentes.