Coeficiente de Gini: paradigma confirmado

Coeficiente de Gini: paradigma confirmado

Sección: El Gobierno de la 4T

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Publicado el 05/08/2025 — Por Cesar Zavala
¿Qué es el índice, o coeficiente, de Gini y por qué es tan importante para medir el desarrollo de un país? Alerta de Spoiler: a la rancia partidocracia esta noticia no le va a caer muy bien. Pues resulta que el pasado 30 de julio se publicaron los resultados de la ENIGH (encuesta nacional de ingresos y gastos en los hogares) que hace el INEGI cada dos años ya con el corte al 2024. En esta encuesta se dio un dato revelador: la desigualdad se redujo, pero además tanto los ricos como los pobres tuvieron ingresos superiores a los de los sexenios pasados. Es importantísima esta noticia porque comprueba uno de los puntos fundamentales del paradigma económico de la 4T, el de que “por el bien de todos primero los pobres”. Es decir, la economía se debe gestionar al revés de como se había estado llevando a cabo en 30 años de capitalismo de amigos: si les va bien a los de arriba les va mejor a los de abajo, les gotea el bienestar. Ahora con la 4T se apoyó con todo a los de abajo y los de arriba resultaron ganando todavía más que con el modelo anterior. Pero ¿y qué tanto avanzamos con Andrés Manuel? En primer lugar, vamos entendiendo el coeficiente de Gini. El coeficiente mide la desigualdad de un país partiendo de la escala del 0 al 1. Cuando el cálculo arroja 1 (que puede interpretarse también como 100%) significa que toda la riqueza la concentra una sola persona. Pero cuando el cálculo es 0 significa que todos los ciudadanos participan de la riqueza de ese país en partes iguales. Por supuesto en términos de filosofía política esto significa que en el modelo del comunismo completo el coeficiente de Gini sería 0, mientras que en capitalismo más salvaje en el que sólo un monarca absoluto poseyera toda la riqueza para sí mismo y los demás fueran todos esclavos el coeficiente sería 1 (o 100%). Entonces en México ¿cuánto hemos avanzado con la 4T? La excelente noticia es que el México que recibió Peña tenía un coeficiente de 49.6 (o 0.496) y bajó a 45.7 (o 0.457) logrando descender 7.86% proporcionalmente. Pero con AMLO se redujo la desigualdad al doble; 14.44% pues se redujo del 45.7 al 39.1 (o 0.391). ¿Cómo es el coeficiente en los países con mejor nivel de vida? Por ejemplo, Noruega (un caso que hemos analizado en esta revista tanto para la estrategia del capital estatal ideado por T. Piketty como para entender el fenómeno de la gentrificación) su índice es de 0.26. Noruega es el ejemplo de un país rico, con un gran capital estatal, con gran ingreso per cápita, con seguridad social garantizada y con la gentrificación controlada y por supuesto con una clase media robusta y una desigualdad mínima. Países que podrían competirle en términos de desigualdad a Noruega, pero de este lado del charco serían Cuba con .40 y Venezuela con .38 pero sus ingresos per capita no se comparan. Son países muy pobres, aunque con menos desigualdad que el resto de países latinoamericanos, claro. Lo cual tampoco es deseable. Por ejemplo, México cuenta con un ingreso per cápita aproximadamente de 13 000 USD, mientras el de cuba es de 7 252 USD y el de Venezuela 4 925 USD. En español: México es casi tres veces más rico que Venezuela y dos veces más rico que Cuba en cada habitante, pero con una desigualdad mayor. Un ejemplo también interesante es China. Desde el 2008 su índice de Gini ha bajado y subido en repetidas ocasiones de .48 a .39, esto debido a diferentes momentos en la capitalización privada de ese país. Aquí China se parece también a México en ingresos per cápita pues mientras el de México es de 13 000 USD, el de China es de 16 000 USD. Sin embargo, aquí hay un dato súper interesante: la población de China es inmensamente mayor que la mexicana. Pues mientras que aquí tan sólo somos 133 millones de mexicanos en China son 1 416 millones de personas, es decir China es 10 veces más grande en población que México, por lo tanto, es 10 veces más rico que nuestro país. Hay varias conclusiones interesantes aquí. Que el comunismo chino ha traído una gran riqueza por ciudadano incluso cuando es un país tremendamente grande tanto en población como en territorio, pero ha tenido problemas de concentración del capital en unos cuantos. Mientras el modelo del humanismo mexicano ha incrementado el bienestar tanto de los más pobres (36% más a comparación del sexenio de Peña) como a los más ricos (16% más que peña). Es decir, México ha sabido hacer más ricos a los mexicanos, incluso a los de las clases altas, y al mismo tiempo reduciendo la desigualdad, mientras China ha podido hacer ricos a sus ciudadanos más pobres, pero también ha hecho demasiado ricos a sus ciudadanos más adinerados. Lo que sí es una conclusión evidente es que si nos queremos acercar a los niveles de desarrollo humano de Noruega o China el modelo del neoliberalismo del PRIAN es claramente lo contrario a lo que deberíamos hacer. Ese modelo no le conviene ni a las clases altas mexicanas, quizá únicamente a la partidocracia. Como se ve el futuro mexicano es una gran promesa económicamente hablando, pero también en términos de modelos de ciudadanía e ilustración. De lo cual hablaré más a profundidad en otros artículos. Por lo pronto La Historia está en movimiento.