Masas sin respuestas (Segunda parte)

Sección: Geopolítica

Las izquierdas teóricas se debaten en cómo llamar a ese conglomerado de seres humanos que aparece para ser la potencia de la historia. Porque no son las teorías ni las intrigas políticas las que cambian la realidad, sino la fuerza y el empuje de ese conjunto de personas a las que la teoría y la historia llaman proletariado, masas, multitudes, pueblo, ciudadanía, vulgo, plebe...
A veces la teoría nace durante los movimientos sociales, o llega después para entenderlos y explicarlos, anticiparse debe hacerse con cautela porque se corre el riesgo de equivocarse. Las opiniones no son teoría, ni mucho menos pensamiento, son exabruptos emocionales, ligeramente cognitivos, y muy someramente intelectuales, todo lo que se diga alrededor de las masas movilizadas es susceptible de ser impactado por este ente colectivo que se mueve de acuerdo con la fuerza de la voluntad potenciada, y luego puesta en movimiento.
Este momento histórico es testigo de una movilización de las buenas, la de esta entidad colectiva independiente de los estados, porque estos han renunciado a muchas cosas: reivindicaciones históricas, postulados básicos de democracia, principios colectivos... pero lo peor de todo, han renunciado a defender lo obvio frente a la masacre y el genocidio del estado sionista de Israel.
Pero así también muchos estados, incluso aquellos de sello progresista, se han sentado en la mesa de negociaciones con empresas multinacionales, emporios financieros, poderes fácticos y políticos que casi siempre van en contra de los intereses de las masas.

Peligrosamente el estado-nación y las fuerzas políticas que lo integran o lo sostienen se acerca a una deriva política y social en aras de pasar por moderado, o en busca del éxito en la siguiente elección, el estado-nación de la segunda década del siglo 21 es funcional a las dinámicas financieras que le pueden dar fin, o controlarlo, en el mejor de los casos, dándole la razón a Marx y comprobando que es un instrumento de las clases dominantes, no obstante, el apoyo popular que pueda tener.
La crisis que enfrenta hoy ese constructo político-social podría deberse a la condición del capitalismo devenido en monstruo neoliberal, es decir, que ya haya cumplido con la función encargada por el sistema capitalista y que ahora se ve en la necesidad de cambiarlo, modificarlo, darle fin, o transformarlo de acuerdo con sus intereses, por lo mismo las masas, el pueblo, la multitud, etc.… ya no pueden confiar en él.
El resurgimiento de la ultraderecha en el mundo es un síntoma de esta situación, la derrota del MAS (Movimiento al Socialismo) en Bolivia, la desilusión que ha ocasionado el Peronismo en Argentina, la crisis de credibilidad que comienza a aparecer en los cuadros de morena nos dice que es urgente que las izquierdas observen y acompañen los procesos impulsados por las legítimas necesidades y exigencias de las masas, y más de aquellas que ya movilizadas pueden volverse contrincantes y no aliadas.
No es un momento fácil para las izquierdas en el mundo, pero también ¿Cuándo han sido favorables los vientos a las izquierdas? ¿En 1917 en Rusia, en 1957 en Cuba, en 2006 y 2012 en México? Comprender, entender, acompañar, y caminar con esas masas no es una opción, sino una obligación histórica de las izquierdas... de las que sí lo son todavía, por lo menos.
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