La gran meta de los 10 millones

La gran meta de los 10 millones

Sección: Morena: Partido y Movimiento

Foto del autor Publicado el 08/04/2025 — Por Marco Gutiérrez @marcomx4t
En octubre del año pasado, Andrés Manuel López Beltrán (Andy), actual secretario nacional de organización, anunció que Morena empezaría una campaña para ingresar en sus filas a diez millones de afiliados. Pero, ¿por qué 10 millones? ¿Es una meta factible o un sueño guajiro? ¿Cuestión de ego o sagaz estrategia política? ¿Democratizará, o terminará por implosionar a morena?

Factibilidad

Veamos, para empezar, algunas inferencias aritméticas simples para asimilar el grado de dificultad que representa llegar a esa cantidad:
En México viven 100 millones de mexicanos mayores de edad (ENADID, 2023), de los cuales únicamente el 28% tiene confianza en los partidos políticos (INEGI, ENCIG 2022). Es decir, de cada 10 mexicanos, 7 no se querrían afiliar a ninguno, mientras que el resto distribuye su confianza entre todos los partidos. Entonces, hay 28 millones de mexicanos que confían en alguno de los partidos políticos existentes (no necesariamente que estén dispuestos a afiliarse) y morena pretende que más de un tercio de esta población acepte formar parte de sus filas.

En el pasado proceso electoral federal, 36 millones de personas votaron por Claudia Sheinbaum, pero sólo 27 millones tacharon a morena en la boleta; es decir, que morena plantea afiliar al 37% de quienes votaron por la presidenta vía morena. ¿Usted cree que cuatro de cada diez (o 2 de cada 5) personas que votaron por morena en la boleta presidencial quieran afiliarse al partido?

Pero, si analizamos más a profundidad, la meta se vuelve más lejana, pues en definitiva no es lo mismo votar por la presidencia de la república que afiliarte a un partido político. Ni siquiera es lo mismo votar por morena en la boleta presidencial que votar por morena en otras boletas. Vayamos al ejemplo de la gubernatura en Jalisco, donde morena sacó un millón de votos para Claudia Delgadillo. Aquí la meta de afiliación asciende a quinientos mil; por lo tanto, lo que morena plantea es que, en Jalisco, se afilie al 50% de las personas que votaron por morena en la boleta de la gubernatura. ¿Usted cree que la mitad de las personas que votaron así, quieran afiliarse al partido?
La gran meta de los 10 millones
Quizás no tengamos una estadística precisa sobre la cantidad de personas que desean inscribirse en un partido en nuestro país, pero la experiencia cotidiana nos brinda a todos una conclusión obvia: la inmensa mayoría de la población no lo desea.

Pero más allá de las matemáticas, morena no es sinónimo de Cuarta Transformación, ni de Claudia Sheinbaum, ni de López Obrador. Por más estrecha que sea la relación entre los 4 espectros, morena carga un peso negativo que le resta puntos en comparación con los otros: carga con las alianzas que ha decidido forjar, con ciertos personajes impresentables que ha candidateado o afiliado y, con los negativos de cada miembro que haya sido protagonista de algún escándalo inmoral o poco ético. En definitiva, no es una meta fácil.

El escabroso camino de la afiliación masiva

Dado que, como hemos deducido, no existen 10 millones de mexicanos deseosos de afiliarse a morena, lo más seguro es (y, de hecho, ya comenzamos a verlo) que se tendrán que emplear prácticas nocivas para intentar llegar a la meta.

Apenas iniciaba el 2025, cuando el dirigente de la SNTE, Alfonso Cepeda Salas, anunciaba públicamente que el sindicato de maestros aportaría 2.5 millones de afiliados, para lo cual morena le entregó 6,000 tabletas al sindicato. Como bien dice Jorge Zepeda Patterson: “La mera declaración de este corporativismo arrebañado es una negación de los principios éticos de la 4T”.

Morena tiene una estructura territorial que se encarga de ir tocando puerta por puerta con el fin de captar a ciudadanos que libremente acepten afiliarse, pero la moneda siempre tiene dos caras. Los referentes y cuadros políticos de la 4T, tanto en el gobierno como en el partido, han comenzado a entender este proceso como un mercado en el que la afiliación es la moneda de cambio para obtener candidaturas, trabajos y espacios de poder. Así pues, para intentar aumentar la probabilidad de obtener una candidatura rumbo al 2027 y ganarle la competencia interna a quienes aspiren a la misma posición, ¿quién sabe a cuántas mañas podrían acudir los interesados? Ante este escenario, en el que están involucrados fundadores, neomorenistas, sindicatos, actores externos, alcaldes, gobernadores, legisladores, ex candidatos, izquierdistas y derechistas, ¿será posible llegar a la meta sin corporativismo y sin coacción? ¿Sin que se ofrezcan a cambio programas sociales o espacios en la nómina?
La gran meta de los 10 millones

Desde su origen como movimiento, antes de que naciera el nombre, morena ha enfocado todos sus esfuerzos territoriales y, en gran parte, financieros, a la dinámica de tocar puerta por puerta en búsqueda de simpatizantes, con miras a darles formación política, activarlos y organizarlos en comités de base. Salvo en el puro papel, en la práctica jamás se ha podido lograr. ¿Será que, con esta nueva versión de la estrategia —mucho más ambiciosa en su meta— sí se podrá lograr?

10 millones ¿para qué?

Allá en radio pasillo, hay quienes hablan de que tal cantidad no es sino el preámbulo para hacer otro partido. Otros creen que es una estrategia de distracción para ocupar a las bases y a los actores, mientras la cúpula entreteje los verdaderos designios del partido. Algunos piensan que se trata solamente de un padrón de movilización, ya sea para un proceso electoral, para una consulta ciudadana o para seguir llenando el zócalo. También están quienes se atreven a pensar que es solo cuestión de ego, que simplemente es el anhelo de tener la foto y de sacar la nota con la medalla de haber dirigido el partido más grande del continente.
¿Para qué? Es la gran pregunta que, por ahora, queda sin respuesta, pero que es de vital importancia debatir y analizar en tantos espacios como se pueda. Si bien es cierto que, a largo plazo (y con la expectativa a tope), una militancia numerosa, activa y organizada fortalecería considerablemente los propósitos éticos, transformadores y de permanencia de la 4T, también debe contemplarse que el camino es escabroso y de mucho riesgo.

En 1984, George Orwell nos advierte, a través del Partido del Gran Hermano, sobre las tentaciones totalitarias a las que se expone el ser humano cuando acumula tanto poder. Las recientes declaraciones del SNTE y las cuotas impuestas a liderazgos políticos auguran prácticas corporativas legadas del PRI. Además, una puerta tan abierta, sin los filtros adecuados, lo único que garantiza es la entrada masiva de todo tipo de personajes.
No estoy sugiriendo la no participación en esta campaña, pero sí pienso que no se debe tomar a la ligera. Morena necesita, antes que nada, consolidar su institucionalidad, desarrollar la capacidad de cimentar sus principios y valores originarios en su militancia y, sobre todo, hacerse de mecanismos sólidos de autocorrección. Ágora aspira a ser uno.