Javier Milei Gobernador de Jalisco (Segunda parte)

Javier Milei Gobernador de Jalisco (Segunda parte)

Sección: Jalisco se Cuece Aparte

Foto del autor Publicado el 14/08/2025 — Por Teofilo Guerrero @teofiloguerreromanzo

El fenómeno de “El peluca Milei” se basa en varios factores: el hartazgo y cansancio de la clase política tradicional, el uso de las redes sociales para mentir y crear realidades cuasi fantásticas, su estilo desenfadado y agresivo, la creación de un universo mítico y simbólico espectacular (Conan y sus hermanos clonados, su fidelidad al Estado de Israel, la militancia en la ultraderecha, la defensa de la familia tradicional, la motosierra...), el uso de la mano dura y del dólar como índices de fuerza y control estatal al mismo tiempo de un desprecio a lo público y al Estado mientras se sirve de éste, y su cruzada por la “batalla cultural”.

Todos estos son factores que le permiten permanecer en el entorno comunicativo, especialmente ser mencionado o referido en los programas de radio y televisión, noticieros, las portadas de los diarios, y de manera particular en aquellos que benefician a su entorno y refuerzan su imagen y continuidad como fenómeno.

Como fenómeno político es casi un fracaso que se sostiene gracias a su presencia y efectividad mediática, ya que su poder político depende de alianzas más o menos funcionales con fuerzas de derecha como el Macrismo, la Unión Cívica Radical, algunos movimientos regionales y hasta algunos peronistas que traicionan su origen.

Y es que en la época de la política como espectáculo, la impostura, el gesto chistoso, la pose fuera de lugar, la presunción del mérito, la sonrisa a pesar de todo, la descalificación del Otro o la Otra como sujeto o agente de debate político, y la exaltación de la persona y lo personal, entre otros contenidos más propios de la industria del espectáculo, han hecho del campo político un basurero ideológico que se presenta como un escaparate del poder.

Es tal vez por esto que en las redes de los funcionarios surgidos de Movimiento Ciudadano (MC), y hasta de morena (desafortunadamente), la política-espectáculo se ha convertido en un elemento fundamental para su estrategia de comunicación política:

1.-Pablo Lemus haciendo ejercicio (Y no puede uno dejar de pensar en ese visionario de la cultura política actual: José López Portillo, haciendo ejercicio sin camisa en Los Pinos, o llorando en pleno informe de gobierno).

Javier Milei Gobernador de Jalisco (Segunda parte)

2.-Verónica Delgadillo sembrando arbolitos para la foto, o revisando camiones de basura.

3.-Alfaro y Lemus imponiendo moda: rompiendo con la corbata, y fundando uno de los signos vacíos de MC, el traje con tenis, o la camisa abierta para mostrar el collarcito artesanal, o vistiéndose para la ocasión: sombrero cuando van al campo, jersey de futbol en el estadio, chaleco cuando van a territorio, y cuando la ocasión lo amerita nos pueden avisar de las nuevas tendencias en la moda: como el horrible traje cruzado de Lemus.

Enrique Alfaro yendo a España para estudiar dirección técnica y ser en un futuro “Entrenador” de las chivas.

No podemos olvidar al producto neoleonés de MC, Samuel García, que incluso convirtió a las empresas favoritas del emecismo Jalisciense en puntal de su comunicación política.

La incursión de las estrategias espectaculares en la política nos ha traído personajes carentes de ideas, o si las tienen son meras apariencias que ocultan sus verdaderas intenciones, y que casi siempre van en contra de los intereses populares. MC lo entendió muy bien, al igual que el entorno de Javier Milei, o Noboa en Ecuador, Bukele en El Salvador, o los presidentes y candidatos de la extrema derecha en Europa.

La derecha requiere de ellas y ellos para llevar a cabo su programa, sabiendo claramente que de dar a conocer sus verdaderas intenciones podrían recibir un rechazo frontal, por eso promueven un envase vacío con una llamativa etiqueta, pero que, como en los productos chatarra, al abrirlo para ver el contenido, sólo encontramos vacío y decepción, para inmediatamente escuchar musiquita que nos distraiga, y podamos voltear a ver el nuevo baile del funcionario o candidato en cuestión, y que nos dará de hablar por lo menos dos semanas, mientras Jalisco pasa por una crisis forense sin precedentes.