Humberto Ortiz: recuperemos su legado

Humberto Ortiz: recuperemos su legado

Sección: Morena: Partido y Movimiento

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Publicado el 15/08/2025 — Por Marco Gutiérrez @marcomx4t
Morena Jalisco ha pasado por tres Presidencias, ha tenido dos Delegados designados por el nacional, una Dirección Tripartita compuesta por actores foráneos y un Enlace Estatal. De entre todas estas etapas, solo en una —la primera de ellas— morena tuvo un presidente que gozó de plena legitimidad democrática: Humberto Ortiz. Sólo en sus tiempos, morena fue partido y movimiento; la militancia participaba en marchas y acompañaba en las calles a diversas luchas sociales del pueblo. En los tiempos de Humberto se intervenían plazas públicas todos los fines de semana para explicar a la ciudadanía la importancia de defender la soberanía nacional, el daño que ocasionaba el neoliberalismo, el cáncer que representa la corrupción, —entre muchas otras causas del movimiento—. Además, la militancia participaba, se movilizaba, se mantenía en formación política; todo de manera voluntaria, sin salarios ni puestos ni candidaturas. Humberto tenía la capacidad de convocar así. Era un cuadro político completo, dirigente capaz y tenía liderazgo real. Algunos dirán que tenía amistades non gratas, pero bueno, que tire la primera piedra el que no las tenga. Hoy por hoy, morena es lo que es… y por supuesto que, mucho de ello se debe a directrices nacionales, pero, el partido en el estado tiene sus características propias que se diferencian del resto de la república, por ejemplo, las divisiones internas. Es bien sabido que morena Jalisco tiene varios años llevándose la medalla de oro en cuanto a divisiones y luchas internas, lo que en definitiva es uno de los factores principales de las derrotas del proyecto de la 4T en el ámbito local. Y les apuesto que muchas y muchos de mis lectores se han preguntado en varias ocasiones “¿Cómo sería morena Jalisco si Humberto aún siguiera entre nosotros?” “¿Qué rol estaría jugando, qué proyecto encabezando?”. Son preguntas que jamás tendrán una respuesta; un cobarde asesinato nos lo arrebató. Aquel homicida impune nos dejó un vacío sin precedentes, una herida que sigue abierta. Nos dejó sin el referente moral que unifica, que guía, que forma, que representa… Y entonces, viene una pregunta obligatoria: ¿Cómo honrar su legado? Evidentemente no basta con seguir conmemorando su aniversario luctuoso año con año, no es suficiente un discurso ni un anecdotario. Se necesita pasar a la acción. Llevar a la práctica su método, y convertirlo en una expresión política que reivindique los principios del obradorismo; una fuerza organizada que reanime el espíritu movimientista —para dejar de ser sólo un partido electorero—; una vanguardia que sirva de ejemplo. No sería una tribu ni una fracción para generar más divisionismo, pero si una articulación necesaria entre militantes para incidir en que morena no pierda su rumbo. Seguramente muchas y muchos se integrarían a conformar: La Brigada Humberto Ortiz.