El silencio cómplice de Morena Jalisco ante la represión a estudiantes en la Universidad de Guadalajara

El silencio cómplice de Morena Jalisco ante la represión a estudiantes en la Universidad de Guadalajara

Sección: Opinión

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Publicado el 18/09/2025 — Por Juan Croniqueur
Parece costumbre que, cada vez que en Jalisco se presenta un agravio al pueblo, sea contra el sector social que sea o de la índole que sea, el Comité Ejecutivo Estatal de Morena responde de tres maneras posibles: o guarda silencio cómplice, o minimiza los hechos respondiendo con tibieza, o ni siquiera se da por enterado. La nula postura ante la reciente agresión por parte de trabajadores y porros de la Universidad de Guadalajara a estudiantes democráticos, es sólo un ejemplo más del timorato papel que juega el partido de “izquierda” y de las “causas justas” en Jalisco. El pasado 10 de septiembre, estudiantes de la Universidad de Guadalajara realizaron una justa y digna protesta dentro y fuera del edificio de Rectoría de la UdeG, exigiendo termine la bien conocida simulación democrática que se da al interior de la casa de estudios mediante el Consejo General Universitario (CGU) –quien dice representar a todos pero sólo representa a los que se apropiaron de la universidad desde 1989–, y se atiendan realmente las graves problemáticas específicas del estudiantado en los diversos centros educativos que integran la Red Universitaria. La respuesta de las autoridades universitarias fue una magnífica muestra del porqué esa cúpula enquistada en el poder desde hace 36 años se ha ganado a pulso el mote de “gansteril”: Un puñado de “trabajadores” fueron enviados a rectoría para retirar, con lujo de violencia, a los estudiantes, golpeándolos arteramente sin distingo de género o edad. Pero esto sólo fue el preludio represivo. En los siguientes días, miembros de la porril y corrupta Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) también agredieron a estudiantes del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) y, junto a autoridades universitarias, comenzaron una campaña de amedrentamiento y hostigamiento contra estudiantes que comenzaban a organizarse –ante los actos de brutalidad– en asambleas espontáneas en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) y el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD). Ningún jalisciense bien nacido se sorprenderá del talante autoritario, corrupto y gansteril del llamado “Grupo Universidad”, fundado en 1989 por el “prócer de la cultura jalisciense” (sic) Raúl Padilla López, “el licenciado”, y su séquito de mafiosos surgidos y entrenados en la vergonzosa Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), a la que después combatieron a sangre y fuego –literal–, para quedarse con la Universidad entera, dándole su composición actual a través de sus dos sindicatos corporativizados –SUTUdeG-STAUdeG–, su porril Federación de Estudiantes Universitarios y una estructura burocrática interna profundamente vertical, jerarquizada y opaca (sin contar a los hospitales civiles y su industria cultural, parte también del feudo del cacique). A nadie sorprende pues, que los mafiosos actúen como mafiosos, máxime si lo que está en riesgo es la “empresa” que los convirtió en una burocracia dorada, llena de privilegios y posiciones políticas de toda índole; lo que sí sorprende es el silencio cómplice de toda una serie de organizaciones, partidos y figuras “progresistas” que callan como momias cuando el problema o asunto a tratar tiene que ver con el viejo parásito enquistado en la izquierda jalisciense, llamado Grupo Universidad. ¡Qué miedo le da a muchos izquierdistas, a bastantes… hablar en público de este oscuro grupo fáctico de poder! ¡Cuántos honestos políticos jaliscienses que pregonan la lucha del pueblo y dicen servirlo, se hacen de la vista gorda cuando el asunto tiene que ver con la mafia padillista! Tal parece ser, tristemente, el caso del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) de Morena Jalisco (y la mayoría de –por no decir todos– sus “referentes”) que han decidido, una vez más, guardar silencio ante la artera agresión a estudiantes que sólo demandan democracia y participación en su universidad. ¿A qué se deberá el silencio cómplice del partido de las “causas justas” de Jalisco? ¿Será acaso porque en el CEE del partido guinda hay gente de Grupo Universidad? ¿Será porque en el último proceso interno del morenismo en Jalisco, violando los estatutos partidarios, el Comité Ejecutivo Nacional decidió imponer en la flamante recién creada “Secretaría de Movimientos Sociales” al, hasta entonces, presidente estatal del partido político de Grupo Universidad? ¿Por eso será el silencio cómplice? ¡Desde luego que no! Seguro son sólo rumores de gente mal pensada y nada más… Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) surgió, a nivel nacional, bajo la consigna de enaltecer las causas populares de izquierda y progresistas. Así lo intentó hacer en Jalisco hasta 1997, año en el que, por órdenes directas de Porfirio Muñoz Ledo, se obligó a la militancia jalisciense a entregarle su partido al grupo político del compadre de don Porfirio, nada menos que el cacique Raúl Padilla López y su Grupo Universidad. Apropiándose del PRD, usándolo para hacerse de puestos públicos y canalizar negociaciones políticas favorables a sus intereses, la mafia padillista pronto llevó a la bancarrota al partido del sol azteca en Jalisco, mucho antes que a nivel nacional. Manteniendo el cadáver perredista, los agentes del Grupo Universidad pronto migraron a otros partidos: algunos regresaron a su querido Partido Revolucionario Institucional –el gobierno de Aristóteles Sandoval estaba infestado de padillistas– otros se instalaron en Movimiento Ciudadano, otros decidieron formar un nuevo partido –la versión violeta del PRD– y otros más, repitiendo la historia, comenzaron la invasión del nuevo partido de izquierda, el Movimiento de Regeneración Nacional. Si Morena Jalisco no quiere repetir los graves errores de su defenestrado antecesor, debe mostrar en los hechos que no está supeditado a ningún grupo fáctico de poder, incluido el mafioso Grupo Universidad. Las recientes agresiones a estudiantes por parte de trabajadores de la UdeG, el hostigamiento y presión que están realizando porros feuistas y administrativos en diversos Centros Universitarios contra jóvenes democráticos que luchan por una nueva universidad, merecen, sin duda alguna, una condena pública, un enérgico pronunciamiento de repudio y solidaridad total con los estudiantes agredidos. ¿El partido del obradorismo estará dispuesto a hacerlo? ¿Silencio cómplice o defensa de la democracia universitaria? Partido del pueblo o marioneta de grupos fácticos de poder? ¿Defensor de las causas justas o simuladores políticos profesionales? ¿Qué es Morena en Jalisco? Pronto, con hechos, el partido del obradorismo jalisciense dará una respuesta. La juventud observará con atención.