EL PARTIDO DE VERÁSTEGUI

EL PARTIDO DE VERÁSTEGUI

Sección: Al Fondo a la Derecha

Foto del autor Publicado el 25/03/2025 — Por Francisco Felix
De acuerdo con la ley electoral, 2025 marca la fecha en la cual las organizaciones sociales y ciudadanas que aspiran a convertirse en nuevos partidos políticos nacionales pueden presentar su solicitud ante el Instituto Nacional Electoral (INE). Entre el 8 y el 31 de enero, ni tardos ni perezosos, viejos políticos y personajes conocidos hicieron lo propio, al igual que otros tantos desconocidos. Así, 89 organizaciones comunicaron su intención de iniciar con el engorroso proceso de constituirse en partidos y tener derecho al financiamiento público. (Recordemos que, según reza un viejo lema priista: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”).

Aunque desde febrero, el INE reportó que alrededor de una decena de esas organizaciones se quedaron en el camino casi de inmediato por haber incumplido distintos requisitos, varias decenas siguen vigentes, aunque lo más probable es que, al igual que en sexenios anteriores, la mayoría termine por quedarse con las ganas. En 2013, de 56 organizaciones que buscaban convertirse en partido, sólo lo lograron 3. Por su parte, en 2019 fueron 106 las organizaciones que manifestaron su intención de ingresar al sistema político mexicano, pero nuevamente sólo 3 lo lograron. De estos 6 partidos de reciente creación, el único que sobrevive hasta ahora es el Movimiento Regeneración Nacional (morena).

A pesar de lo anterior, una de las organizaciones que podría tener más posibilidades de alcanzar el registro es ¡Viva México!, encabezada por el actor Eduardo Verástegui, personaje que desde hace años ha venido construyendo cuidadosamente su imagen como un actor político popular y disruptivo.

Pocos lo supieron y mucho menos lo recuerdan, pero a finales de 2017, Eduardo Verástegui estuvo cerca de convertirse en candidato presidencial del Partido Encuentro Social (PES). De acuerdo con declaraciones de su entonces dirigente Hugo Eric Flores -por cierto, hoy diputado federal de Morena- el PES tenía dos alternativas: competir solo, llevando muy probablemente a Verástegui como su candidato, o aliarse con morena. Finalmente ocurrió lo segundo, formándose una alianza contra natura entre un partido de corte evangélico y la izquierda, aglutinada en Morena y el Partido del Trabajo (PT). La imagen política del actor aún estaba por construirse.
EL PARTIDO DE VERÁSTEGUI

Durante el sexenio de López Obrador, las apariciones públicas de Verástegui para declarar respecto a temas políticos fueron cada vez más comunes y su posicionamiento escaló, por ejemplo, con sus declaraciones en contra de la despenalización del aborto. 2022 fue el año que lo catapultaría en su incipiente carrera política, luego de que México fue sede de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), cónclave principal de la derecha a nivel internacional. En ese evento, Verástegui fue elogiado mediante un video ni más ni menos que por Donald Trump, entonces ex presidente de Estados Unidos, así como por el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del entonces mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, conocido por su agenda de derecha.

Desde ese momento, Verástegui expuso abiertamente la necesidad de un nuevo partido de derecha en México, pues, en su visión, el PAN no representaba “la agenda de un verdadero partido conservador”. Incluso, lo calificó como “derechita cobarde y acomplejada para combatir el aborto, el matrimonio homosexual y el comunismo”. Al año siguiente, el actor promovió la película Sound of Freedom, que denunciaba la trata y el abuso sexual infantil, lo cual utilizó para hacer más activismo, sobre todo entre sectores conservadores.

En septiembre de 2023, en la antesala de la elección presidencial en México, Eduardo Verástegui anunció su intención de buscar la candidatura presidencial independiente (o, mejor dicho, sin partido). Hizo eventos y recorridos para recolectar firmas en todo el país, pero obtuvo apenas el 14% de las firmas que necesitaba: 139 mil de 960 mil. Luego de que el Tribunal Federal Electoral le denegara una prórroga de 12 días para seguir recabando firmas, Verástegui descalificó a las autoridades electorales y acusó que las puertas estaban cerradas para que un ciudadano independiente pudiera ser candidato presidencial.
EL PARTIDO DE VERÁSTEGUI
Mediante un video breve, Verástegui explicó su motivación para buscar la candidatura presidencial. Ahí se pueden detectar aspectos fundamentales de su ideario político. Explicó que su intención era luchar por “una patria fuerte, soberana y libre”. Anunció que buscaba hacer frente a una candidatura -la de Claudia Sheinbaum- que pretendía “destruir a la familia, acabar con nuestros valores y pervertir a tus hijos”, así como “destruir nuestra fe, sacando a Dios de nuestros hogares, de nuestras escuelas y de nuestra vida”. En suma, se trataba de construir “un México que le permita a Dios ser el centro de nuestra nación”. Una agenda, pues, profundamente católica: provida, anti abortista y en contra de la diversidad sexual.

Después de esta candidatura fallida, Verástegui anunció que apostaría por la construcción de un nuevo partido para rescatar propuestas y demandas ignoradas por los candidatos postulados por los partidos. Recientemente, fue uno de los pocos mexicanos invitados a la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump, en su periodo presidencial, y sus vínculos con otros sectores de la ultraderecha nacional -El Yunque, los Tecos, los Legionarios de Cristo- e internacional -Vox, el Partido Republicano, la CPAC- no han hecho sino consolidarse.

Mal haríamos los sectores de izquierda y la sociedad en general en minimizar lo que representa la pugna de ¡Viva México! y Verástegui por convertirse en un nuevo partido político. La experiencia de Trump y de Milei, en Argentina, han demostrado con creces lo que puede provocar la ideología conservadora y anti izquierdista, envuelta en una retórica aparentemente disruptiva. La ultraderecha ha sido particularmente exitosa en la disputa por el sentido común, sobre todo entre ciertos sectores como algunos jóvenes. En la izquierda debemos tomar esto con toda seriedad, entender las causas de la capacidad persuasiva de los políticos conservadores y construir estrategias que permitan hacerles frente.