El mundo como lo conocíamos

El mundo como lo conocíamos

Sección: Geopolítica

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Publicado el 07/10/2025 — Por Teofilo Guerrero @teofiloguerreromanzo
La derrota y fin del orden mundial basado en reglas, y de la democracia representativa occidental está sucediendo mientras usted lee este artículo, y sus verdugos son aquellos países, comunidades y hegemones que lo crearon a partir de los acuerdos que pusieron fin a las dos guerras mundiales del siglo 20, y que suponían una serie de reglas mínimas para ordenar el reparto y ejercicio del poder mundial. La ONU, tal vez la institución más cara y ostentosa, y en la misma medida la más inoperante durante estos ochenta años, se encuentra herida de muerte frente a un caprichoso reacomodo del poder en occidente en el que los Estados Unidos, principal beneficiario de este orden, ha decidido desafiar de manera estruendosa. Casi ninguna de las instituciones nacidas después del surgimiento de la ONU tiene ahora un poder o facultades soberanas, o por lo menos operativamente funcionales, en un momento histórico en el que el decadente imperio norteamericano decide actuar de manera unilateral, e ignorando casi todos los lineamientos que durante años le sirvieron de coartada para afianzar su hegemonía. La Resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de la ONU, emitida el 24 de octubre de 1970, contiene los siete principios generales del derecho internacional público, los cuales pueden resumirse de la siguiente manera: El principio de que los Estados, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas. El principio de que los Estados arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia. El principio relativo a la obligación de no intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta. La obligación de los Estados de cooperar entre sí, de conformidad con la Carta. El principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos. El principio de la igualdad soberana de los Estados. El principio de que los Estados cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos, de conformidad con la Carta. Todos y cada uno de estos principios fueron violentados de alguna manera durante estos 55 años, Estados Unidos contaba con el apoyo de los países occidentales para poder evadirlos o esgrimir argumentos maniqueos para su desobediencia. Hoy, con el genocidio cometido en Gaza por Israel, y al mismo tiempo la amenaza que Trump sostiene contra Venezuela volando embarcaciones civiles en franco desacato al derecho marítimo, y estableciendo sanciones a diestra y siniestra contra aliados y enemigos comerciales, o bombardeando Iran, etc., el imperio del norte demuestra que el derecho internacional ya no volverá a ser el mismo, que las reglas cambiaron, y que por ahora serán las que vaya implementando al son de sus necesidades, amenazas, y de su arsenal armamentístico, y lo más probable es que lo haga hasta que se encuentre con otro país igual, o más poderoso que él, como China o Rusia, y eso es algo que no quisiéramos ver nunca, pero que ya es peligroso y casi inminente. El mundo como lo conocíamos está dejando de existir, preparémonos para un reacomodo largo, penoso y muy, muy complicado.