Casas gratis y Octavio Romero

Sección: El Gobierno de la 4T

Publicado el 22/06/2025 —
Por Cesar Zavala
Pues para nadie es un secreto que, una de las razones por las cuales Andrés Manuel eligió como su sucesora a Claudia, fue porque ─entre otras afinidades ideológicas─ también contaba con cierta flexibilidad para mantener en las estructuras gubernamentales a personajes que habían sido clave para la cohesión del movimiento, y para la consolidación de la hegemonía del poder de la 4T. Ya sea por su capacidad organizacional para la defensa y promoción del voto, ya por la cantidad de sus contactos, o por la eficiencia en la gestión y operación de diferentes empresas políticas. Muchos personajes de Andrés Manuel repitieron funciones o fueron asignados a puestos de igual relevancia.
Ese fue el caso de Octavio Romero, quien antaño se había desempeñado en uno de los puestos clave de la estrategia de soberanía nacional, que había estado implementando AMLO a lo largo de su sexenio. En este preciso episodio fue el director de Pemex.
Aunque todos recordarán que el papel de Pemex fue blanco de muchas polémicas y ataques en el anterior gobierno, desde el combate al huachicol, hasta la estabilidad del precio de la gasolina, hasta la adquisición y construcción de un par de refinerías. Parece ser que el desempeño de Romero no fue del todo satisfactorio, pues no pudo repetir su puesto, sino que fue asignado al Infonavit.
Para muchos, este personaje tenía la confianza plena de Andrés Manuel, era su paisano (junto con Adán Augusto) y era lógico que su figura no desapareciera, como sí lo hizo López-Gatell. Una pena para todo chairo conocedor de las batallas que luchó, este último, contra la pandemia y la infodemia. En su caso Romero supo sobrevivir y permanecer como hombre de confianza en el mandato de Claudia. Sin embargo, no ya frente a Pemex, del que se rumora no pudo concretar las metas de producción, sino frente a algo también de vital importancia para el mexicano de a pie: la fábrica de casas económicas.
Cuando dejó Pemex, dicen las malas lenguas que en realidad Claudia no lo quería en su equipo, y que incluso consideró mandarlo a algún puesto diplomático. Entre otras razones porque además no pudo determinar con exactitud a cuánto ascendían las deudas de la paraestatal petrolera. Dejando un gran lío para la administración entrante. Algunos califican esto hasta de “blanqueamiento” de la deuda real. Lo cual para el estilo metódico y eficiente de Claudia sin duda debió haber representado una importante afrenta.
Inconveniente que incluso hoy se refleja en otro asunto todavía más espinoso por público y estridente. Y es que la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMPESPAC) ha amenazado públicamente con dejar de proporcionar insumos y servicios a la petrolera si el gobierno federal no encuentra la manera de pagar lo adeudado.
Algunos sugieren que un fracaso de Romero fue también no haber podido determinar si existían o no deudas ilegítimas que pudieran haber sido peleadas de manera legal. Sus críticos se lo achacan a que en su carácter de Agrónomo no tenía la capacidad técnica ni jurídica para encontrar la solución a tan tremenda deuda que tiene la empresa mexicana, (según estimaciones de hasta 400 mil millones de pesos).
Aunque esta semana la presidenta contestó, a pregunta expresa hecha en la mañanera, que ella está segura que esa amenaza de suspensión de actividades no se va a realizar, muchos argumentan que todo esto se hubiera podido evitar si Romero hubiese podido proporcionar un panorama real de la situación financiera de Pemex.
Aunada a esta condición de estrés público, y para acabarla de amolar, también esta semana la derecha se montó en la poca claridad expositiva de Octavio para difundir la fake news de que morena va a facilitar que los paracaidistas puedan quedarse con las casas que invadan.
Por supuesto, lo que este político quiso decir es, que de aquellas casas que no tengan dueño ─por el motivo que fuere─ y que tengan paracaidistas ahí, se buscará que los susodichos comiencen a pagar de manera gradual esas casas. Por supuesto, aquellas que tengan juicios por invasión o tengan un dueño constatado (ya sea derechohabiente o institución) tendrán garantizada la posesión de su propiedad.
Esta explicación tuvo que venir a darla nuestra presidenta esta semana debido a la poca capacidad expositiva que nuestro protagonista desplegó en aquella mañanera. Otra piedrita más a los méritos de Romero, sin duda.
¿Será que nuestra presidenta se atreva ahora sí a mandarlo de embajador de Transilvania?
La Historia está en movimiento.
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