Un oligarca suelto en la Secretaría de Transporte

Un oligarca suelto en la Secretaría de Transporte

Sección: Jalisco se Cuece Aparte

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Publicado el 24/09/2025 — Por Teofilo Guerrero @teofiloguerreromanzo
Hace calor, mucho, hay una enorme fila que alcanza casi una cuadra y media, algunas personas se cubren con su sombrilla, pero no es suficiente, hay quienes han estado en ese lugar más de cuarenta y cinco minutos, es la parada del autobús que los llevará a su casa en los márgenes de la Zona Metropolitana de Guadalajara: Chulavista, El Salto, Santa Cruz del Valle, Santa Fe... Muchos tuvieron que viajar al centro de Guadalajara para hacer un trámite, comprar alguna cosa, pasear un poco, y por el tiempo en esa fila se preguntarían si valió la pena. Los autobuses no se dan abasto, suben una buena cantidad de personas hasta que se llenan, y diez o quince minutos después llega otro, y pasa lo mismo, así estarán todo el día, hasta cerca de las nueve de la noche, hora en la que la fila es más larga, repleta de caras largas y preocupadas porque a esta hora es muy probable que sea la última unidad que sale a su destino. Del otro lado, a unos metros, el Macrobús pasa muy lleno, es imposible subir, y es necesario esperar otro, y otro, las miradas se desesperan, quienes bajan de la unidad van hacia el tren ligero en la estación Independencia de la línea 3, van a tener que bajar caminando por las escaleras, hace casi un mes que las escaleras eléctricas no sirven, como en otras cuatro estaciones, en las que, además, no funcionan las alcancías para recargar tarjetas, o los elevadores para personas de capacidades físicas limitadas. Vivir en Guadalajara es un calvario gracias a la pésima gestión del transporte público. Pero hay gente que celebra, los concesionarios, la Alianza de Camioneros, los funcionarios que llenan su currículum de números y convenios celebrados al margen de la gente que sí viaja en transporte público. La figura central es el Secretario Diego Monraz, de apellido con abolengo, muy apreciado por la Alianza de Camioneros y sus dueños, los hermanos Higareda, que tienen alguna deuda con la justicia, por fraude, pero eso no importa, hasta el Canelo Álvarez podría estar feliz en esta coyuntura ya que ahora también es empresario transportista, en algunas dependencias se investigan ciertas irregularidades: las alcancías rateras, el supuesto huachicol usado en una de las líneas, además de lo que es evidente: los subsidios entregados a peribus y Macrobús, es decir... a los hermanos Higareda. Diego Monraz no se inmuta, se sabe impune, fue funcionario con Emilio González, con Enrique Alfaro, y Pablo Lemus lo ratificó. Las críticas no le molestan, si alguien lo increpa en Twitter, lo bloquea. Las denuncias por corrupción y huachicol, tampoco, tiene el apoyo del poder y del capital, como corresponde a todo un Monraz, gente religiosa y de buen apellido, que viaja en una camioneta con chofer para no tener que subir a uno de esos horribles camiones, que para que no se vieran tan feos mandó pintar de verde o rojo, aunque el interior estuviera horrible. Los Oligarcas tienen privilegios que son un derecho porque ellos no son cualquiera, su plumaje sigue brillando a pesar de que unos cuantos resentidos y casi todos los usuarios del transporte público en la ZMG lo señalen como un inútil junior que es incapaz de llevar un asunto tan importante y vital para la gente. Será muy complicado ver al funcionario que nunca ha viajado en camión todos los días para asistir al trabajo, es una humillación que no corresponde a la estirpe que además tiene una colonia que hace honor a su apellido. Yo pienso, que mientras no haya un funcionario que utilice a diario la máquina de tortura que es el trasporte público, las cosas no van a cambiar pronto. Tal vez nunca.