Ágora tiene como misión fortalecer al movimiento a través del análisis político riguroso, la difusión de causas sociales invisibilizadas y la promoción de un debate público informado, ético y valiente. Nuestra labor no es simplemente replicar logros ni mensajes oficialistas de la 4T, sino contribuir a la mejora del proyecto cuando se desvía de sus principios. Somos un espacio editorial al servicio de las bases, del pensamiento transformador y del obradorismo. Queremos que la izquierda piense, se cuestione, se democratice y se corrija, para que no se pierda en el laberinto del poder.

Aspiramos a contribuir a una izquierda más consciente, más ética y más unida, donde el pensamiento crítico sea una herramienta para construir, no para dividir.

Queremos que Ágora siga creciendo como punto de encuentro para quienes no han renunciado a la justicia, la esperanza y la lucha por un país mejor.

La crítica que promovemos es:

• Leal al proyecto de transformación.
• Fundada en hechos y en principios.
• Acompañada de argumentos propositivos o éticos.
• Congruente con el ideario fundacional del obradorismo.

La crítica que no transita por Ágora:

• Difundir fake news.
• Cometer plagio o apropiación de ideas sin citar.
• Hacer elogios vacíos o lambiscones.
• Incurrir en culto a la personalidad.
• Atacar a personas sin base o solo por enemistades personales.
• Usar un lenguaje técnico inaccesible sin explicaciones.
• Presentar críticas sin sustento ni propuestas.

Democratización del movimiento

Creemos en una Cuarta Transformación construida e impulsada desde abajo, con amplia participación, diálogo abierto e inclusión real de las bases en la vida política y en la toma de decisiones. Sin democracia interna, el movimiento corre el riesgo de extraviarse.

Crítica para la autocorrección

Asumimos con responsabilidad la tarea de señalar los errores del movimiento cuando se aleja de sus causas fundacionales. La crítica, cuando es honesta y argumentada, no debilita: fortalece. La autocorrección es una muestra de madurez política.

Justicia Social

Es el núcleo ético de la transformación y la razón última de nuestro trabajo. Todo lo que hacemos parte de la convicción de que ningún proyecto político vale la pena si no pone en el centro a los más pobres y a los más olvidados.